martes, 10 de mayo de 2011

No mentirás en la entrevista

Miradas / Por Jorge Mosqueira

Cada vez se usa más el polígrafo para conocer si el postulante dice o no la verdad

Domingo 08 de mayo de 2011 | Publicado en edición impresa
 
Recomendamos analizar récords históricos de los últimos empleos anteriores de los solicitantes, pruebas grafológicas, cuestionarios bajo polígrafos y exámenes de personalidad para cerciorarse de que se elige personal confiable en las corporaciones."
Estas palabras fueron parte de la exposición de Alejandro Desfassiaux en el Foro Mundial de Liderazgo y Gestión del Talento, realizado en México el 13 y 14 de abril pasado. La recomendación no se detuvo en aquel punto crucial de la selección de nuevo personal, sino que avanzó, proponiendo que también debían realizarse pruebas periódicas y aleatorias en todos los departamentos, porque el personal no es inmutable. "Cambios en el estilo de vida, de relaciones y demás pueden incidir en cambios de comportamiento que generen deslealtad en las organizaciones", advirtió, con fundadas razones. La gente cambia, y según su punto de vista, siempre para mal. Vale agregar que Desfassiaux es director de una empresa de seguridad privada.
En este mismo espacio difundimos, hace unos meses, la noticia de que Rusia estaba elaborando un proyecto de ley que autorizaba a utilizar el polígrafo -más conocido como detector de mentiras- para la selección de personal. La propuesta sigue avanzando en otros países, por lo que podría llegar a convertirse en un recurso habitual.
El pretexto siempre es el mismo: todo extraño es sospechoso, pero los que ya conocemos también pueden transformarse en malas personas y hay que enterarse antes de que cometan algún perjuicio.
Los polígrafos actuales cuentan con sensores electrónicos que detectan aquellas reacciones corporales que un sujeto emite cuando miente.
En la antigüedad, según cita Guillem Sartorio en BBC Mundo, existía la prueba del burro: "Consistía en que los trabajadores debían tocar la cola de un asno y éste, como por arte de magia, sabía quién estaba mintiendo y quién no. Lo que no sabían los jornaleros era que sus capataces impregnaban la cola del animal con polvos negros. Así, aquellos que querían ocultar una mentira no tocaban la cola por miedo a ser descubiertos y sus manos quedaban limpias. De modo que se delataban y declaraban culpables por sí mismos".
Más actualidad tiene el protagonista de la serie televisiva Dr. House , que asegura que "todos mienten", y es probable que sea quien tiene razón. En este caso, el tratamiento debería ser más igualitario y aplicarse el polígrafo tanto al entrevistado como al entrevistador. El postulante podría acudir a la cita con un cuestionario previamente elaborado, con preguntas de distinto tenor.
Se podrían dar los siguientes ejemplos: ¿cuándo y cómo se actualizan los sueldos acá? ¿Se verifica en la realidad que el capital más importante es la gente? Describa a mi futuro jefe, ¿demagogo, autoritario, debilucho, o seguro, democrático y participativo? ¿Usted está verdaderamente satisfecho de trabajar en esta empresa?
Más allá de cualquier humorada, está bastante claro que la desigualdad no beneficia a ninguna de las partes que intente establecer una relación contractual firme y prolongada.
La desconfianza a priori es un mal principio que, de un modo u otro, habrá que recomponer con otros costos, que por desgracia no siempre se tienen en cuenta.
jorgemosqueira@gmail.com

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