martes, 27 de septiembre de 2011

El riesgo del jefe psicópata

28 NOV 2010 13:09h
Cómo detectar rasgos psicopáticos en los jefes y otros integrantes de equipos de trabajo. Claves para el seleccionador.
PorHugo Marietan 
Edición impresa
    Las empresas están constituidas por equipos de hombres forzados por la necesidad. El aglutinante de estos equipos es el dinero que necesitan para sustentar sus vidas. Siguiendo este principio elemental es apresurado concluir que la psicología de estos equipos también es básica, ya que la insatisfacción, que es permanente en el ser humano y difiere con cada individuo, contribuye a la heterogeneidad psicológica de estos grupos.
    Un jefe de personal imbuido de teorías que reducen a los individuos a un común denominador se topa con esta verdad universal y tiene que desandar el camino para ver a “Juan” como “Juan” y no como una muestra estadística. Los equipos empresariales están compuestos por individuos que se diferencian entre sí y que responden a características innatas. El libro que he escrito recientemente, El jefe psicópata, brinda las herramientas para poder distinguir dichas características en todo aquel que coordine un grupo de trabajo.

    Elecciones
    El concepto de grupo implica una reu-nión de gente con un fin determinado y está compuesto por jefes y gente que obedece a estos jefes.
    La jefatura es la vestimenta que le coloca la empresa a un integrante del grupo, y cómo le calza esta vestidura y qué aporta el individuo a ella es lo que está descripto en el capítulo sobre “Los jefes”. El estudio de los jefes no es una tarea menor ya que el jefe debe orientar al equipo hacia la ejecución de las tareas impuestas por la empresa.
    Equivocarse en la elección del jefe siempre es un hecho grave porque, amén de la pérdida en costo económico, se desaprovecha la posibilidad del desarrollo del resto de los integrantes del grupo. Lamentablemente, la capacidad del jefe se constata cuando está ejerciendo la jefatura; no hay forma de prever cómo será un jefe ante un grupo determinado. Si bien los antecedentes son una referencia importante para la elección del mismo, el lidiar con un grupo nuevo siempre tiene un gran margen de incertidumbre, dado que la praxis de la jefatura es bidireccional en una interacción de dirigente-dirigidos.
    Hay personas que parecen poseer características de jefe, pero, puestos a mandar, se comportan como empleados; y hay empleados que son “jefes de hecho” y suplantan las deficiencias del mal jefe.

    Tipos de jefe
    Como vemos, tener una idea de las distintas variantes de jefes le permitirá al gerente ejecutivo sacar el mayor provecho y encomendarlo al equipo adecuado.
    Así como a un jefe autocrático, autoritario, no se le debe destinar un grupo donde predominen empleados rebeldes –ya que esto acarrearía problemas y conflictos permanentes–, a un jefe inseguro se le debe proveer personal apto para brindar iniciativas que suplan sus falencias; y con un jefe ansioso hay que regular la cantidad de empleados ansiosos a fin de bajar el nivel de estrés que él mismo genera.
    El gerente ejecutivo tiene la delicada tarea de armonizar, a trazos gruesos, la psicología de los mandados con la psicología del jefe responsable de ese grupo. Este aspecto, por lo general descuidado en las empresas actuales, es una de las razones de las desarmonías e ineficiencias imperantes.

    El psicopata
    A la difícil tarea de armar equipos se le debe sumar el tener en cuenta la existencia de los psicópatas, que siempre están merodeando para captar un puesto de jefe o de empleado para sacar algún provecho.
    Este es el objetivo principal del libro, que el seleccionador de personal y aquél que controla la evolución de los grupos puedan captar a estas personalidades psicopáticas. Tarea difícil, si la hay, debido a la gran capacidad de simulación y camuflaje de los psicópatas.
    Un ojo avizor suele apreciarlo en el accionar anómalo, en el acoso laboral y sexual, en las estafas encubiertas y en la desmesura en la aplicación del poder.
    Estos jefes, atentos a sus propios intereses, pueden resultar, en apariencia, de alta eficiencia en los logros para la empresa, pero con un alto costo en la degradación de personal que, con el tiempo, malogra el resultado a largo plazo.
    El jefe psicópata no es acotado, sino desmesurado y voraz, y siempre está trabajando para sí mismo y para incrementar su poder. Es el tipo de jefe que comienza en los primeros escalones y, sin reparar en medios, termina adueñándose de la empresa, o bien fundiéndola por su ambición desmedida.
    Detectarlos a tiempo siempre es beneficioso ya que implica un ahorro no solo en lo económico, sino en costo de sufrimiento humano.

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