martes, 27 de septiembre de 2011

La vuelta al trabajo después de la maternidad

Hipótesis de conflicto

Hoy hablamos sobre las dudas y los cuestionamientos que se plantea una madre reciente cuando vuelve a su trabajo. ¿Debe postergar su futuro profesional o convertirse en una supermujer a cargo de dos grandes responsabilidades? ¿Pueden ser compatibles ambos universos?

Domingo 19 de junio de 2011 | Publicado en edición impresa

Fabiana Gadow
Para LA NACION

Se acerca el día D, un importante momento, esperado por la empresa e incierto para la reciente madre. El jefe espera la finalización de la licencia por maternidad para que se retomen las responsabilidades y vuelva todo a la normalidad, aun cuando se sabe que un tiempo de adaptación será necesario. Para la madre es un gran desafío: organizar la casa, el cuidado del niño, prepararse anímicamente para retomar el rol laboral y compatibilizarlo con el maternal, especialmente si es primeriza. Dudas, temores, ansiedad, expectativas, angustia, sensibilidad y, sobre todo, culpa son sólo algunas de las sensaciones.
Y por supuesto, el jefe y el entorno laboral perciben la diferencia entre el antes y el después de la licencia. No hay quien enseñe a ser madre. Tampoco a cómo manejar el mentado retorno.
Es innegable e indelegable biológica y psicológicamente: la mujer tiene un compromiso como madre que le da un espectro más amplio a la hora de decidir sobre su trabajo y carrera. Su sentimiento de realización contiene varias dimensiones no excluyentes: los hijos, la pareja, el hogar, la familia extendida, los amigos, la comunidad. A menudo sacrifica sus propias necesidades para continuar con sus expectativas laborales.
El conflicto: ¿ubicar la demanda familiar por delante de los planes profesionales, a veces hasta el punto de postergar su crecimiento para acomodarse a las necesidades de sus hijos pequeños? ¿Disminuir su dedicación en tiempo a la familia para crecer profesionalmente? ¿Hacer el gran esfuerzo de integrar ambas dimensiones corriendo los riesgos que esto implica? No hay una sola respuesta ni es posible de planificar antes de que nazcan los hijos. Es una encrucijada muy personal que se va dilucidando con el tiempo, viviendo cada momento y tomando decisiones constantemente.
Algunas posibles acciones que las empresas pueden implementar para ayudar a las mujeres en esta desafiante etapa:

  • Mantener cierto contacto no laboral durante la licencia (siempre y cuando la madre lo habilite).

  • Evaluar y recompensar por objetivos, y no por la cantidad de horas de trabajo.

  • No dejar de incluirla en decisiones importantes aun cuando se encuentre en licencia: promociones, incrementos salariales, reorganizaciones, etcétera. La ausencia no debe tener un impacto negativo para su progreso profesional, sino que debe promoverse su compromiso y retorno al escenario laboral.

  • Estimular programas de mentoring para acompañarla durante la primera etapa de su retorno y de networking, que le permitan restablecer redes que puede haber perdido durante su licencia.

  • Implementar y promover prácticas orientadas a fomentar el equilibrio entre vida-trabajo y otras actividades personales, como trabajo remoto, part-time, flex-time, etcétera. La tecnología actual lo facilita. Por supuesto que la posibilidad de estas modalidades dependerá del tipo de función o puesto.

  • Disponer de beneficios destinados a esta etapa. Por ejemplo, lactario y facilidades para guardería.
La madre seguramente no espera ser tratada en forma distinta, sino respetuosamente. Pero no todo está del lado de la empresa. La mujer debe reflexionar detenidamente sobre su situación, intereses y prioridades, pedir ayuda, contar con su pareja, cuyo rol paternal ha cambiado con el tiempo, sentirse segura de sus decisiones, confiar en sus capacidades, organizarse, poner y ponerse límites razonables, dialogar con quienes están o estuvieron en la misma situación. No está sola en esto. Y, por sobre todo, debe disfrutar cada momento.
La autora es directora de recursos humanos regional de Deloitte
  • jaidukYo creo que en la vida, todos somos libres de tomar decisiones. Hoy ser madre es una decisión, no un accidente o una imposición social. Bueno, cuando un adulto toma una decisión, sabe que ella traerá inevitablemente aparejadas consecuencias: Algunas positivas y otras no tanto. Bueno, la maternidad es un privilegio femenino. Y además no es un privilegio que se extiende a toda la vida, sino a un período de la misma. Yo creo que hay que ser realistas: Exagerar beneficios en favor de la maternidad, producirá una reducción en los salarios femeninos y una reducción de la oferta laboral. No aceptar que eso es así, es ignorar la realidad del razonamiento empresario. Obviamente el punto es encontrar el equilibrio y que las mujeres que opten por la maternidad sepan que ese privilegio tiene un precio. Todo en la vida no se puede, o por lo menos no se puede todo al mismo tiempo. Creo que todo pasa por el sentido común, y planificar la propia vida.

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