martes, 27 de septiembre de 2011

¿Cómo manejar a nuestro jefe?
Una vieja máxima del management sostiene: "Las personas no abandonan a las organizaciones. Abandonan a sus jefes". Algunas pautas para mejorar las relaciones con nuestros superiores.

Por Alejandro Melamed

Una vieja máxima del management sostiene: "Las personas no abandonan a las organizaciones. Abandonan a sus jefes".

Para evitar llegar a ese punto, directivos y dirigidos deberíamos plantearnos algunas cuestiones que, ejercitadas a tiempo, nos ayudarán a mantener la armonía.

En "Managing your boss", John J. Gabarro y John P. Kotter proponen algunas estrategias para vincularnos saludablemente con nuestros jefes.

Comprender a nuestro jefe: Deberíamos hacer un esfuerzo para apreciar los objetivos de nuestro jefe y reconocer las presiones a las que se encuentra sometido. Intentar comprender su perspectiva nos permitirá ver la realidad con otros ojos y ser tolerantes a determinados comportamientos.

Reconocer que nuestro jefe es humano: Como todo ser humano, nuestro jefe es falible. Su tiempo no es ilimitado ni posee todo el conocimiento que quisiera (o quisiéramos), ni una percepción extrasensorial u omnipresente que los coloque "más allá del bien y el mal".

Cuando nuestro jefe toma una decisión que nos parece injusta o autoritaria, no deberíamos suponer que lo hace para perjudicarnos. En muchos casos, la decisión se explica por una falta de conocimiento de nuestras ideas y sentimientos.

Nuestro jefe no es nuestro enemigo: Aunque determinados intereses nos enfrenten, siempre debemos tener presente que formamos parte del mismo equipo.

Gabarro y Kotter sugieren que las relaciones útiles con los jefes se caracterizan por expectativas mutuas que ayudan a la productividad y la efectividad.

Como en toda relación, el vínculo se construye de a dos: nuestro jefe debe aportar el 50%. Pero la otra mitad somos nosotros. Así, si el trato con nuestro jefe es malo, antes de echarle la culpa de todos nuestros problemas, deberíamos reconocer que la mitad de la responsabilidad es nuestra.

Entonces, podríamos preguntarnos: ¿Qué hemos hecho para mejorar la relación?

Por otro lado, cuanto más conozcamos a nuestro jefe, más herramientas tendremos para vincularnos con él. Así, uno de los aspectos a definir es qué tipo de jefe nos ha tocado en suerte.

Según Peter Drucker, hay dos tipos de jefes: los que "escuchan" y los que "leen".

Los que "escuchan" prefieren recibir la información en forma verbal. A ellos habrá que hablarles y transmitirles nuestras inquietudes mediante un buen uso de la oratoria, dialogando personalmente.

A los que "leen", por el contrario, habrá que presentarles reportes escritos claros y metódicos.

En todos los casos, habrá que practicar el sentido de la oportunidad. Algunos jefes prefieren los reportes verbales para ciertas cuestiones y los escritos para otras. Así, hay que aprender a adaptarse con habilidad a esas necesidades cambiantes.

Finalmente, una de las peores pesadillas para un jefe es estar rodeado por colaboradores en quienes no puede confiar.

Por eso, una de las estrategias fundamentales para construir una buena relación es generar la seguridad y tranquilidad necesarias como para que él pueda delegar en nosotros con plena confianza, encontrando una auténtica ayuda y no una amenaza.

Para esto, debemos mantenerlo informado permanentemente de lo que estamos haciendo, y utilizar selectivamente su tiempo y sus recursos.

El objetivo será siempre desarrollar y mantener un vínculo honesto y superador que se ajuste a las necesidades y al estilo de ambas partes. Este enfoque reconoce la potencialidad del colaborador como uno de los actores principales de la relación y le atribuye la capacidad de modificarla.

En definitiva, construir una relación balanceada implica plantearnos algo más difícil que manejar a nuestro jefe. Para empezar, debemos ser capaces de manejarnos a nosotros mismos.

Alejandro Melamed
Autor del libro Empresas (+) Humanas (Editorial Planeta).

Descargue gratuitamente el primer capítulo del libro haciendo clic aquí.

Publicado por Cesar. noviembre 19, 2010, 9:32
Estoy convencido que son nuestros jefes los que tienen que recordar que pertenecemos a un mismo equipo. El equipo de empleados y jefes juntos.

Publicado por Luis Maria Cravino. noviembre 19, 2010, 20:35
Excelente artículo.

Publicado por Agustin Woinilowicz Villagra. noviembre 24, 2010, 12:28
La actualidad se ajusta a las necesidades del jefe y a v eces te sometes a acuerdos y desgastes de los mismos que no son los que uno quiere siempre, eso desgasta mucho la equidad entre ambos, pero ademas tenemos no solo que confiar mas en uno mismo sino que tambien en nuestros jefes y cuando llegamos a algo que nos perturba hablarlo, paso a decir un dicho que me ha dicho mi padre: es preferible ponerse verde una vez que ponerse rojo todos los dias, o sea el toro por las astas, es preferible hablar las cosas que llegar al desgaste por no hablarlas en el momento adecuado, por supuesto siempre hay timing para cada problema y o situacion y esos problemas se manejan con prioridades, porque siempre hay solucion para un problema, o caro o barata la solucion. Un saludo muy atte a todos..

Publicado por Guillermo Rios . noviembre 24, 2010, 21:55
Excelente articulo lo pondre en practica para mejorar mucho mas la relación con mi jefe a quien Admiro y respeto mucho.

Publicado por myriam. noviembre 24, 2010, 23:25
COMO UNA SIMPLE OPINION HACE CAMBIAR LOS PENSAMIENTOS. ES UN EXELENTE ARTICULO. ME GUSTARIA QUE SE HICIERAN JORNADAS CON DISTINTOS TEMAS, YA QUE A MI COMO A TANTAS OTRAS PERSONAS, NO PUEDEN LLEGAR A ABONAR LAS CURSADAS LARGAS. MUCHAS GRACIAS.

Publicado por Juan. noviembre 25, 2010, 9:40
Cuando al jefe lo contentan con incentivos para hacer de freno ante los requerimientos de sus subalternos, deja de serlo para comenzar su carrera en el gremialismo de empresa.

Publicado por Fantasma. noviembre 25, 2010, 12:16
El artículo está escrito desde la óptica de los jefes. La experencia me enseñó que en general los problemas en la relación con los jefes se suscitan por prioridades o intereses de los jefes, que no pueden comunicar ni transparentar a los empleados, por ser estos intereses personales, económicos o plíticos

Publicado por emma. noviembre 25, 2010, 18:14
EN ALGUNOS CASOS EL EMPLEADO SE PONE, DESDE EL COMIENZO DE LA RELACIÓN LABORAL, A LA DEFENSIVA CON EL CONVENCIMIENTO DE QUE EL JEFE SIEMPRE SERÁ DEMASIADO EXIGENTE CO ÉL.ME GUSTÓ LA IDEA DE APRENDER A MANEJARSE UNO MISMO EN LUGAR DE MANEJAR AL JEFE.

Publicado por Adriana. noviembre 25, 2010, 19:06
Considero que el jefe debe ser un buen líder, pero en la mayoría de las instituciones son elegidos en forma política y no por las competencias debidas.En el corazón de las instituciones están las personas y muchos talentos terminan yéndose por inoperancia de los jefes

Publicado por Eduardo. noviembre 27, 2010, 18:46
Problema agregado: cuando en una empresa de familia, el jefe es miembro o parte de la misma!!! capitulo aparte el de las tipologias en una empresa de familia; las discusiones son como los campanelli!!!

Publicado por Mariel De Los Angeles Schaab. febrero 19, 2011, 23:09
Alejandro: excelente artículo! Se debe trabajar desde RRHH fuertemente con mandos medios y altos mandos respecto de las relaciones con sus empleados.

Publicado por Carlos Leonidas Basso. abril 13, 2011, 23:08
Muy bueno el artículo. Todo es para destacar, pero particularmente el último párrafo es altamente constructivo. Atte.


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